Cuando tenemos un baño interior nos devanamos los sesos tratando de encontrar la luz. En este proyecto tuvimos la suerte de poder conseguirla del espacio colindante que era el vestidor que sí disponía de luz natural. Ambos espacios forman parte del dormitorio principal queriendo mantener, el cliente, su uso independiente.
La solución: crear una cristalera de separación de ambos espacios con cristal acanalado y perfilería en negro a juego con otros detalles del baño. Tanto el cristal como la ropa del vestidor hacen de filtro suficiente para conseguir la intimidad necesaria manteniendo la fortuna de disponer de luz natural en el cuarto de baño.